Son muchos y cada vez más sofisticados los elementos que pueden perturbar la jornada laboral. Organización y planificación son los mejores métodos para evitarlos. Reuniones, el teléfono, un mensaje de WhatsApp, un correo de un amigo, otro de trabajo, un compañero que se acerca a tu mesa para comentar el último cotilleo de la oficina, etcétera. Son muchos, y cada vez más sofisticados, los ladrones de tiempo: aquellas interrupciones que alargan nuestra jornada laboral o que nos impiden terminar nuestras tareas a tiempo.
España es uno de los países de Europa con una jornada laboral más larga y, sin embargo, no somos los más productivos. La mala planificación, no saber jerarquizar las tareas o aparcarlas, el desorden y las interrupciones son los principales motivos por los que los españoles perdemos tanto tiempo en el trabajo.
Otto Walter cita cinco factores que devoran el tiempo de un profesional: Uno de ellos son los e-mails, que tienen un influjo especial que engancha. Desde que se pueden consultar a través del móvil su voracidad se ha multiplicado.
También está el e-mail en copia, que ha llegado a convertirse en un ente en sí mismo, porque hay quienes se dedican a aparentar que hacen algo y mandan correos con copia a propios y extraños.
Las llamadas al móvil son también tóxicas, ya que tienen un doble efecto en la eficiencia, pues no sólo consumen el tiempo que empleas en atenderlas, sino que también te sacan del foco de lo que estabas haciendo.
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