Ante la agresividad
obreviven empecinados medios de comunicación y una nutrida legión de profesionales de la información que beben con frecuencia de turbias aguas de la actualidad. Cuando el discurrir del día a día nos aporta abundantes acontecimientos de contenido gratificante y feliz, se empeñan en remover y alumbrar charcos malolientes.
Con frecuencia, medios y profesionales silencian actos heroicos, comportamientos ejemplares, emocionantes muestras de amorosa convivencia protagonizadas por perros y personas, mientras proliferan noticias sobre manifestaciones de agresividad de algunos ejemplares.
Quizás es que los que escribimos de estas materias nos perdemos en complicadas justificaciones y en enrevesados argumentos.
Un amigo veterinario me ha explicado que la práctica totalidad de la humanidad da por demostrado que el pero es un ser fiel y cariñoso y forma parte de la vida y de la familia debido a que posee cualidades que nos faltan a los humanos, como es la agudeza de olfato, la auditiva, la agilidad, etc. que pone al servicio de las personas. Hoy, casi nadie duda de la fidelidad y el cariño de un perro.
Mi amigo el veterinario, con muchos años de relación con personas y mascotas me enumera muy escuetamente las acciones a llevar a cabo para evitar la agresividad de algunos ejemplares de perros. En síntesis, las resumiría en: advertir a la familia que, cuando escoja una mascota, indague cuales son los rasgos de su carácter; exigir a los criadores que mantengan una vigilancia sobre el cachorro, ya que las primeras muestras de agresividad se dan en los meses iniciales de la vida y, a los dueños de un perro, que acudan al veterinario ante las primeras manifestaciones de agresividad. El veterinario es el profesional que puede ahondar en las causas y en los remedios de este problema.
Ángel de Uña y Villamediana
Periodista
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