La familia y uno más.
En estas páginas hemos dado frecuentemente noticias del acelerado aumento del número de perros que viven en hogares, centros de acogida y las perreras de las grandes ciudades o que vagan hambrientos por sus calles.
El incremento del número de mascotas es mayor precisamente en aquellas sociedades con más bajos índices de natalidad humana. En varias naciones, el número de perros ha duplicado ya el censo de niños.
Este fenómeno coincide con otro proceso inverso: la humanización de las mascotas. Se disparan tratamientos de belleza, crecen las intervenciones en cirugía estética de perros y gatos, aumentan los precios de los artículos de moda para las mascotas; cada vez hay alimentos más sofisticados, más hoteles y residencias con instalaciones y servicios fastuosos para atraer a celebridades con sus amigos peludos.
Con estos cambios no hacemos bien ni a la sociedad humana ni a nuestros amigos los canes.
Sobre esta humanización de nuestros mejores amigos, los expertos más prestigiosos aseguran que aumentan los problemas psicológicos de los perros, que estamos minimizando su voluntad, desactivando su mente y su voluntad y haciéndoles más agresivos, frustrados y aburridos.
Por otro lado nuestros lectores habrán encontrado en nuestra colección estudios sobre las positivas influencias y aportaciones que los perros hacen a los niños y a las personas mayores en un hogar.
Los niños crecen más confiados y activos entre mascotas y las mascotas se encuentran mas equilibradas con la participación de la familia.
Para bien de humanos y mascotas debiéramos trabajar porque los hogares se compongan de la familia y uno más: la mascota.
Angel de Uña
Periodista
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