He preguntado en varios establecimientos de artículos para mascotas si participaban en este optimismo generalizado del comercio y nos han asegurado que ha habido un notable descenso en la venta de animales, singularmente, en cachorros.
Las respuestas sobre perros y gatos adoptados en centros de acogida, no ha sido tan tajante pero no ha sido tampoco demasiado optimistas.
Una respuesta generalizada: las campañas inculcando el concepto claro de que un animal no es un juguete han calado en la población. Parece haberse abierto la convicción de que no debe darse a un niño un ser viviente como regalo.
Ha progresado el concepto de que una mascota en casa no es "propiedad" de un niño, sino un compromiso de toda la familia.
El niño no tiene una visión completa y conjunta de esas largas responsabilidades que pueden llegar a los 15 años en un perro o a los 20 en un gato.
Un triunfo de las mascotas.